Las microempresas y pymes españolas se han enfrentado durante los últimos años a un entorno macroeconómico muy complejo. En realidad, es más apropiado decir, que se están enfrentando en estos momentos a un entorno de ese tipo. La caída del consumo interno, junto con las restricciones a la financiación, ha provocado una contracción de los principales indicadores económicos en la mayoría de sectores productivos de nuestra economía.

A pesar de este escenario desfavorable, es una gran alegría destacar que aún sigue presente en la filosofía de muchas de nuestras empresas la certeza de que, la adopción en sus procedimientos de trabajo diario de herramientas de gestión y control amparadas por las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) es absolutamente necesaria para su supervivencia en el mercado. Las TIC siguen siendo las mejores aliadas de los empresarios en su intento de mejorar la competitividad de sus negocios, permitiendo la apertura a nuevos mercados y optimizando los procesos de gestión interna.

Uno de los mayores retos que se pueden plantear en una de estas empresas, en lo que a sus sistemas de información se refiere, es la adopción de un sistema de gestión avanzada con el que sean capaces de identificar exactamente la situación actual y futura de sus negocios. Es decir, un sistema en el que centralizar todos sus datos y números como empresa.

Sin embargo, y por desgracia, es mucho más común de lo que podemos esperar el hecho de encontrarnos con pymes que han sufrido serios problemas en los procesos de implantación de sistemas de este tipo. Si quisiéramos elaborar una lista para enumerar las distintas causas posibles para la aparición de estos problemas, cada empresario, trabajador o técnico de implantación que se hayan encontrado en una situación de este tipo, podrían añadir seguramente un par o más de motivos, sufridos en su caso particular. Lo que si podemos decir es que, en demasiadas ocasiones, los proyectos fracasan porque se prolongan demasiado en el tiempo y la empresa requiere adaptaciones a nuevas tendencias del mercado mientras está implantando herramientas asociadas a los procesos ya obsoletos.

Pero no debemos entender estos problemas como un freno a la adopción de un sistema de gestión avanzada dentro de nuestras empresas. Simplemente, debemos considerarlo como un aviso sobre la importancia de los procesos de implantación de los mismos dentro de la empresa. Es necesario entender y aceptar que todo el personal debe ser parte activa del proceso de implantación y que la misión de cada uno es igual de relevante que la del resto, independientemente del puesto desempeñado por cada uno en la empresa. Para el correcto fin del proyecto, es igual de importante el hecho de acertar en la elección del sistema de gestión escogido por el empresario, debiendo este ser adecuado tanto al perfil de la empresa como a los objetivos que se desean conseguir; como que el personal encargado de los registros de información sea minucioso en los datos registrados tanto en valor como en forma y lugar.

Pero también es fundamental destacar la importancia de la experiencia del personal técnico encargado de la implantación. Evidentemente, no toda la responsabilidad del éxito o fracaso recae sobre el personal de la empresa, sino que es muy destacable el papel desempeñado por el personal técnico de la empresa implantadora. Los procesos de implantación podrán afrontar los problemas detectados de diversas formas, y es labor del técnico escoger la solución más apropiada en cada momento.

En este sentido, en CARTIF llevamos muchos años desarrollando nuestro propio sistema de gestión avanzada para la pequeña y mediana empresa: SAGIT. Pensado inicialmente para la industria agroalimentaria y orientado a dar soluciones a los requerimientos de trazabilidad exigidos a estas empresas, los primeros desarrollos se centraron en los sectores hortofrutícola y vitivinícola, para rápidamente ampliar sus capacidades con implantaciones en empresas de diversos sectores como cárnico, lácteo, bollería industrial, aperitivos, etc.  Con el tiempo ha evolucionado hacia una solución multisectorial capaz de gestionar cualquier tipo de empresa de cualquier sector. Además, hemos conseguido crear, formar y mantener un equipo de trabajo con amplia experiencia en la adopción de soluciones de implantación del mismo en multitud de diferentes procesos y situaciones.

Héctor Urueña
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