En un tiempo en que las tecnologías están presentes en todos los ámbitos de la vida de una persona, la accesibilidad TIC es imprescindible para asegurar la igualdad de oportunidades para todas las personas en el uso y acceso de recursos, productos y servicios.

En España, según el informe sobre Estrategia Española de la Discapacidad, un 8,5% de la población declara tener alguna discapacidad.

Teniendo en cuenta esta cifra, la tendencia a crear normativas y estándares para que las empresas ofrezcan productos accesibles, puede convertir el producto, no sólo en un bien social, sino también en una oportunidad de mercado.

Las grandes empresas, se pronuncian al respecto y empiezan a dirigir sus proyectos hacia la discapacidad. En este mes de marzo, Microsoft ha liderado una jornada informativa centrada en el “Estándar Europeo de Accesibilidad y su impacto en la industria TIC”.

En esta jornada se han reunido expertos nacionales de asociaciones y entidades públicas y privadas con Alex Li, experto en accesibilidad y analista de estándares de Microsoft. Juntos, han analizado las implicaciones de este estándar, su implementación en las administraciones españolas y la creación de mecanismos para garantizar su cumplimiento.

El Estándar Europeo de Accesibilidad se aprobó en febrero de 2014 y ha sido adaptado en España a partir de la norma europea EN 301 549: “Requisitos de accesibilidad adecuados para la contratación pública de productos y servicios TIC en Europa”.

Con este estándar se establecen los requisitos funcionales para garantizar que los productos y servicios TIC sean accesibles para todas las personas. Además, la norma europea describe los procedimientos de ensayo y la metodología de evaluación de cada uno de ellos.

Aun siendo conscientes de la importancia de la norma y de su aportación a derechos fundamentales, no es de obligado cumplimiento, por lo que se insta tanto a la administración como a las empresas privadas a responsabilizarse de su implantación en la industria TIC.

La implicación de la administración pasa por incluir la accesibilidad en las licitaciones y en sus criterios de contratación y la garantía de su cumplimiento. La de las empresas privadas por ofertar productos con accesibilidad integrada desde el principio del diseño.

Los puntos más destacables de las conclusiones de las jornadas se pueden resumir en los siguientes:

•    “El estándar acercará la tecnología a un mayor número de personas“ (Alex Li – Microsoft)
•    “El diseño para todos deber ser incorporado de serie”. (Miguel Ángel Valero -CEAPAT)
•    “La norma establece unos mínimos. La responsabilidad de su implementación es de todos”. (Loïc Marínez – Equipo redactor de la norma)
•    “La integración de la accesibilidad es también una obligación moral” (Miguel Ángel Valero – CEAPAT)
•    “El diseño accesible es una oportunidad de mercado que las empresas deben aprovechar”  (Jesús Hernández – Fundación ONCE)

En cuánto a los debates abiertos, cabe destacar el referente a la garantía y certificación de la accesibilidad del producto. Por un lado, están aquellos que creen que debe existir una certificación externa para garantizar la accesibilidad de los productos. Por otro, aquellos que creen que cada empresa debe auto certificar su producto.

La segunda opción puede resultar mucho más práctica y fácil de aplicar, ya que cada empresa conoce mejor que nadie su producto. Sin embargo, asociaciones relacionadas con la discapacidad parten de la desconfianza de la no aplicación de otras normas por empresas que dicen hacerlo, como ocurre en muchas ocasiones con la accesibilidad web.

Otro debate abierto, es el que se refiere a la vigilancia por parte de la administración del cumplimiento de la norma. Li, apoya la idea de medidas por incumplimiento de contrato. Para ello, el contrato o licitación debe llevar claramente incluidas las condiciones de accesibilidad del producto o servicio.

Por otra parte, si entre los criterios para la contratación pública se incluyen pautas de accesibilidad, las empresas que lo ofrezcan tendrán una ventaja competitiva sobre el resto, y la administración tiene en su mano garantizar la accesibilidad del producto.

Tenemos a la vista la posibilidad de evitar futuras sanciones, la oportunidad de mercado y la satisfacción de crear y vender productos socialmente inclusivos.

Susana San José Alonso
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