¿Es la impresión 3D uno de los principales motores de una nueva revolución industrial que cambiará por completo la forma de fabricar y consumir productos?

Desde la reproducción de órganos vitales hasta la construcción de refugios en el espacio, así de revolucionario se presenta el futuro de la impresión 3D. Con esta perspectiva, no resulta extraño que muchos aseguren que esta forma de materializar objetos nos cambiará la vida hasta niveles insospechados. Podemos decir que se está produciendo una nueva revolución industrial y tecnológica del mismo modo que cuando apareció en nuestras vidas Internet, una red de la que muchos dudaban en sus inicios y que ha cambiado nuestro mundo de una manera global.

Actualmente la impresión 3D, también llamada fabricación aditiva, está plenamente implantada en la industria aeronáutica y aeroespacial, en la ingeniería, la arquitectura, en defensa, automoción y medicina. Sus principales aplicaciones son la reproducción de escaneados 3D y la impresión de objetos diseñados con programas de modelado tridimensional (CAD), lo que permite reducir el tiempo de desarrollo de nuevos productos o incluso lanzarlos al mercado.

Sus implicaciones son infinitas, puesto que ya no es necesario esperar meses para contar con los primeros modelos para lanzar al mercado un producto, ya que el modelo tridimensional se puede enviar a cientos o miles de kilómetros de distancia para que desde cualquier lugar se convierta en un objeto. De esta manera, en el futuro, mucha producción industrial será bajo demanda y viajará por la red, y cambiará por completo la idea de consumir productos que hasta ahora tiene el público en general, ya que cada persona tendrá la capacidad de personalizar sus propios productos de consumo y entretenimiento con una gran ventaja: la exclusividad de cada artículo.

Aunque la mayor parte de las actuales impresoras 3D no pueden producir piezas lo suficientemente resistentes, económicas o incluso útiles como para reemplazar los métodos de producción tradicionales, tienen una aplicación muy relevante hoy en día, que es educar a toda una generación en el uso de esta tecnología.

En relación al futuro, desde el punto de vista social, creo que la verdadera revolución de la impresión no será un uso o aplicación específica, sino que seguramente sorprenderá la rapidez con la cual esta tecnología, que hoy parece casi magia, se transformará en algo usual e incluso esencial en la vida cotidiana. Desde el punto de vista técnico, a medida que las tecnologías sean capaces de depositar múltiples materiales, veremos una creciente aparición de partes funcionales que exploten plenamente las capacidades de la fabricación aditiva.

Algo muy revolucionario será la impresión 3D aplicada a medicina, tanto reconstructiva, maxilofacial, traumatología u ortodoncias, donde ya se está investigando con materiales biocompatibles que darán la posibilidad de fabricar órganos aceptados por los humanos y los cirujanos dispondrán en pocos días de objetos que solventen los problemas de cada persona de forma especializada.

En resumen: la impresión 3D ha venido para quedarse y cambiar nuestra forma de consumir y producir para siempre.

Carlos Barriga
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